Por el costo asociado a la compra de un vehículo, en la mayoría de los casos no siempre es posible pagar el 100% del carro, por lo que se debe acudir a préstamos que permitan un pago a largo plazo. Entre estas opciones se encuentran las siguientes:
Acudir a un banco es una de las alternativas más comunes para pedir financiamiento, porque la solicitud y la aprobación son procesos relativamente rápidos, sobre todo si ya tienes una cuenta bancaria abierta. Además, en comparación con otras opciones, el sistema bancario sigue ofreciendo tasas de interés más bajas que los otros modelos financieros.
Estos son los requisitos que se pide en la mayoría de los bancos:
Las mismas empresas que comercializan autos nuevos y usados suelen tener sus propios sistemas de financiamiento, cuyos procesos de aprobación pueden ser más expeditos que los bancos y generalmente no piden tanta documentación.
Sin embargo, debes tener presente que este tipo de entidades de financiamiento manejan tasas de interés más altas, por lo que si esta es tu alternativa, te recomendamos que las estudies y compares para que te quedes con la que tenga la oferta más conveniente.
Si estás dispuesto a utilizar tu casa como garantía, esta alternativa te puede servir si estás seguro de que podrás pagar el préstamo, de lo contrario, pondrás en juego tu vivienda.
Este mecanismo consiste en que una empresa compra el auto y te lo da en arriendo por un periodo determinado, con una renta que se fija al momento de la compra. Durante este tiempo, debes hacerte responsable del mantenimiento y reparación que el auto necesite.
Una vez que finaliza este plazo, tú puedes devolver el vehículo a la empresa que te lo arrendó, refinanciarlo o comprarlo. Debes tener presente que con esta modalidad no eres dueño del vehículo hasta finalizar el contrato, habiendo pagado el importe restante.
Es muy importante que tengas en cuenta estas recomendaciones antes de tomar cualquier decisión de financiamiento automotriz:
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