La compra de un vehículo usado puede ser una inversión muy conveniente, pero también hay riesgos que corres si no tomas las precauciones necesarias antes de cerrar el trato. A continuación te contamos sobre algunos problemas a los que te puedes exponer:
El carro puede tener limitaciones a la propiedad y esto implica que no podrá ser traspasado a tu nombre.
Esta situación se produce, generalmente, porque el vehículo se encuentra como garantía de un crédito adquirido por la persona que lo está vendiendo o por una orden judicial que impida su traspaso, como un embargo o alguna otra situación legal.
Si compras un auto usado que traiga multas de tránsito, deberás hacerte cargo del pago de estas infracciones, ya que la deuda queda asociada a la placa del carro y no a la licencia del conductor.
El no pagar estas multas te impedirá hacer el cambio de propietario y renovar la verificación vehicular, así cómo otros trámites básicos para que el auto pueda circular legalmente por el país.
Hay algunos talleres donde se altera el kilometraje para que el auto sea más atractivo para el comprador, además de poder venderlo a un precio más alto.
Usos que desconoces: El auto que estás comprando pudo haber sido un taxi o haber pertenecido a una empresa, lo que implica que ha sufrido un mayor desgaste que un auto de uso particular. Estos datos generalmente se ocultan, ya que claramente nadie quiere comprar un carro que perteneció a una empresa transportista o un Rent a Car.
Los autos robados suelen ofertarse a precios muy bajos para tener pronta salida de ellos. Si caes en la tentación, la alegría durará poco porque estos vehículos son buscados por la ley, por lo que perderás tu dinero y, de paso, te verás envuelto en líos legales.
Clonar un auto consiste en tomar sus registros y copiárselos a otro para que no sea buscado por robo. Tarde o temprano estos casos siempre terminan siendo detectados por las autoridades policiales.
Un auto declarado en pérdida total tras sufrir un accidente grave es vendido a un lote, donde es reparado y posteriormente puesto a la venta.
Si desconoces este historial, esto puede darte problemas mecánicos en el mediano plazo, sobre todo si la reparación se hizo a medias para abaratar costos. Un auto así no podrá ser asegurado y a la larga puede salir más caro que uno nuevo.
Si un auto no pasa la verificación vehicular, quiere decir que presenta problemas mecánicos que se deben reparar para que siga en circulación. Si estos problemas no se corrigen, al comprar el carro estarás heredando todos los costos que conlleva arreglarlo, además de pagar la multa por la verificación vehicular atrasada.