La responsabilidad solidaria es una figura regulada por el Código Civil, que describe la obligación o compromiso adquirido por una persona a nombre de un tercero que cuenta con una deuda frente a un acreedor, el cual está facultado para exigir el pago comprometido a este codeudor.
En este sentido, si se trata de multas de tránsito, el deudor solidario pasa a ser una suerte de garantía frente a la entidad a encargada del control vehicular en cada una de las entidades federativas, de tal forma que adquiere, oficialmente, el mismo nivel de responsabilidad que el deudor principal.
Pero ¿es lo mismo ser deudor solidario que aval o fiador? No, se trata de figuras distintas, todas válidas bajo la normativa actual del país, pero con algunas diferencias, que puedes conocer a continuación:
En síntesis, las tres figuras representan una obligación para el garante, pero en el caso del deudor solidario, el mandato es más estricto porque, incluso si el deudor principal está al corriente con sus pagos, el solo hecho de incumplir alguna parte del trato facultará a la entidad a cobrar todo por concepto de responsabilidad solidaria.
Como ves, la responsabilidad solidaria aplicada a las multas de tránsito funciona como una garantía que le asegura a la Administración Pública que las responsabilidades adquiridas por un conductor o propietario de vehículo automotor por concepto de infracciones de tránsito serán cumplidas, es decir, que las multas vehiculares serán cubiertas.
Por cierto, esto aparece mencionado en las leyes y reglamentos de Tránsito de algunos estados de México, aunque no en todos, por lo que en este post se centra en las legislaciones de algunos estados donde sí se habla de responsabilidad solidaria.
Para comenzar, el Código Civil Federal, que rige en todo el territorio nacional, sostiene que cuando hay deudores solidarios, el acreedor puede reclamar el pago total o parcial de lo adeudado. Esto, aplicado a las multas de tránsito, significa que, si compras un carro usado, podrías terminar pagando las faltas de propietarios anteriores.
Tal como lo muestra el Reglamento de Tránsito del Estado de México, en su Artículo 30:
“Cuando el propietario de un vehículo transfiera la propiedad a un tercero, deberá hacer el trámite de cambio de propietario para quedar liberado de la responsabilidad que supone el vehículo, de manera preventiva. A su vez, el adquirente deberá realizar su parte del cambio de propietario en un plazo de máximo 30 días, a fin de obtener la tarjeta de circulación respectiva”.
Por su parte, el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México no recoge el concepto de responsabilidad solidaria de las multas de tránsito, pero no significa que no se aplique.
En general, en este tema, las administraciones estatales se rigen por lo que dice el Código Civil Federal, por eso es que, en muchos reglamentos de tránsito, no se menciona.
De hecho, en la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que rige para todo México, tampoco se menciona la figura del deudor solidario en multas de tránsito, mientras que la mayor parte de los reglamentos estatales siguen la misma línea.
En definitiva, a pesar de que no ser un tema regulado por las leyes de Tránsito de las distintas entidades federativas, hay que tener claro que es una figura que existe y que podría tocarte a ti ser el deudor solidario de alguien más, con toda la responsabilidad que ello conlleva.
De acuerdo con la información recogida desde los reglamentos y leyes de Tránsito de las principales entidades federativas, comprar un automóvil usado con multas de tránsito impagas te convertirá, inmediatamente, en deudor solidario del anterior o anteriores propietarios del vehículo.
Esto significa que, si adquieres un vehículo usado que tiene multas de tránsito pendientes en cualquiera de las entidades federativas, podrías terminar pagando de más, ya que las infracciones quedan anotadas con la placa del carro o moto en cuestión, y pasan a ser responsabilidad del nuevo dueño.
En consecuencia, algunas de las desventajas principales que recaen sobre el deudor solidario son las siguientes:
Por esta razón, un paso clave que tienes que dar antes de efectuar la compraventa vehicular es revisar los antecedentes del carro y checar si tiene multas impagas u otros gravámenes que podrían complicar la transferencia de la propiedad o convertirse en una carga para el comprador.
Si tienes los datos básicos de identificación del vehículo, como su número de placa o número VIN, puedes anticiparte a este tipo de problemas y verificar si existen adeudos asociados al vehículo que deseas comprar, así podrás exigir al vendedor que cubra esa cantidad, negociar que se rebaje del valor del carro o, si este se niega, buscar otras ofertas.
Para consultar las multas de tránsito de un vehículo usado que se encuentra en venta, cada estado tiene una plataforma en línea, donde puedes checar si existen multas por infracciones de tránsito registradas bajo su jurisdicción. Estos portales de acceso público son los siguientes:
Considera que, en la mayoría de los portales de consulta que te dejamos en el listado anterior, se solicita el número de placas, número de la boleta de notificación de las multas o el número de serie del documento que se expide al cursarse la infracción.
No obstante, existe una forma aún más fácil y rápida para conseguir la información de un vehículo usado que se encuentra en venta: descargar el Informe Autofact.
Este completo reporte recopila datos de distintas fuentes oficiales para mostrarte, en un formato sencillo y detallado, todo lo que necesitas saber antes de tomar la decisión final.
Los datos más importantes que puedes consultar en el Informe Autofact son los siguientes:
¿Todavía no conoces el Informe Autofact? Visita este ejemplo de informe y conoce todos los antecedentes que se incluyen en este completo reporte que facilitará tu compraventa vehicular.