Si bien el funcionamiento de los semáforos parece simple, cambiando el color de las luces cada cierto tiempo para permitir la buena circulación de los vehículos y peatones, el fondo es un poco más complejo.
El cambio de color de las luces de los semáforos no es porque sí. Los más antiguos funcionan con un sistema de tiempos que va cambiado las luces, mientras que los más modernos están programados con control a distancia.
Los semáforos modernos tienen sensores que se encargan de detectar los flujos de tránsito, estos envían señales de manera remota a los semáforos para controlar la duración de los tiempos de cada luz, evitando la congestión y aliviando así el tránsito lo más posible.
Gracias a este sistema de coordinación, muchos semáforos están relacionados para reducir al mínimo la detención del flujo vehicular o, en palabras simples, que los conductores esperen demasiado tiempo en luz roja.
Debes tener en cuenta que, además de los sensores, hay semáforos que funcionan con una cámara que detecta cuando un vehículo pasa con luz roja, tomando una imagen que se envía a las autoridades competentes, convirtiendo esa acción en una infracción.
Estos no solo son los que se encuentra en intersecciones de calles, también hay algunos que están dispuestos para advertir a los conductores sobre peligros o entregarles información.
Estos semáforos permiten un flujo ordenado y seguro en calles que se cruzan entre sí, indicando a los conductores cuando detenerse y cuando avanzar. Están compuestos de tres luces:
En calles de doble sentido con flujo vehicular constante, se hace necesario tener semáforos que controlen el viraje de los vehículos, indicando, además de “avanzar” o “detenerse”, cuando los carros pueden doblar a través de una flecha que se prende.
Se usan en intersecciones donde una de las calles tiene poco flujo. Funcionan activando el sensor solo cuando un vehículo está esperando en la línea de detención, haciendo que el color del semáforo cambie.
Estos semáforos solo se activan cuando hay que indicar que los vehículos deben detenerse y la mayoría de las veces son con una luz roja que parpadea. Se encuentran en cruces peligrosos como en pasos de trenes, puentes levadizos o pasos peatonales de alto flujo.
Permite que los peatones sepan cuando pueden cruzar y cuando no. Suelen estar sincronizados con los semáforos para vehículos y se componen de luz roja y luz verde. Estos pueden ser:
Sirven para controlar el tránsito de bicicletas tanto en calles como ciclovías. Se componen de luz verde y luz roja, y suelen tener la forma de una bicicleta.
Se usan cuando se necesitan eventualmente en un cruce determinado o por un fallo de los semáforos habituales. Cumplen las mismas funciones que los semáforos comunes y la mayoría de las veces funcionan con energía solar.
Adicionalmente, según el Reglamento de Tránsito de Ciudad de México, dependiendo del uso que se le da, también te puedes encontrar con estos tipos semáforos en las calles de la capital son los siguientes:
Indica la posibilidad de dar vuelta a la derecha o izquierda, de acuerdo con la dirección de la flecha.
Regula el tránsito de vehículos para controlar el tránsito en carriles exclusivos de vuelta a la izquierda o derecha.
Regula el tránsito de vehículos de transporte público de pasajeros, cuando existen carriles exclusivos para buses, o cruces a nivel de tranvía o tren ligero.
Su objetivo es prevenir a los conductores sobre la presencia de un cruce peatonal para escolares.
Previenen a los conductores de vehículos de la aproximación de un cruce a nivel con una vía férrea.
Advierte a los usuarios sobre la apertura de una puerta automática con abatimiento hacia el exterior del predio.
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