¿Te has puesto a pensar cómo sería salir de vacaciones a un destino soñado con tu familia y que, de pronto y sin previo aviso, se ponche una de las llantas? En esos casos, lo único que te puede servir para salir de la urgencia es la llanta de refacción, un elemento que no puede faltar en tu automóvil.
Tal como lo establecen los reglamentos de tránsito de las diferentes entidades federativas, la llanta de refacción es parte del kit de emergencia obligatorio que todo conductor debe portar en el vehículo, puesto que incluye algunas cosas que juegan un papel importante cada vez que toca pasar por una falla en el motor, un accidente o una simple ponchadura.
Entre los elementos que son parte de este kit de emergencia, se encuentran:
Con este kit en tu auto, ya estás listo para enfrentar cualquier inconveniente con tus neumáticos que aparezca en el camino, ya sea que estos se rompan por la antigüedad, el uso o por ponchaduras de objetos cortopunzantes en el arroyo vehicular.
¿Qué características tienen estas llantas de refacción? ¿Qué condiciones deben cumplir y qué tipos de llantas de repuesto existen? Conoce todo el detalle sobre el uso, a continuación.
La duración y calidad de un neumático de repuesto depende, en gran parte, de sus características. En palabras simples, su objetivo es servir como sustituto temporal de los neumáticos cuando estos se averían y se desinflan, y solo se recomienda usarlos para salir del paso y llegar a destino.
De hecho, las llantas de refacción están diseñadas para durar una fracción de lo que durarían las llantas tradicionales, sus materiales de fabricación son de menor calidad, generalmente ofrecen menor adherencia a la superficie, menor capacidad de frenado y menor estabilidad para el vehículo, especialmente si se anda a alta velocidad.
Así, en el mercado actual puedes encontrar tres tipos de neumáticos de refacción:
Cualquiera sea el tipo de llanta de refacción que tengas en tu coche, se recomienda reemplazarla por una original cuanto antes, evitar conducir a alta velocidad o con maniobras bruscas y, incluso si no la usas nunca, cambiarla cada 5 años como máximo.
Las llantas de repuestos se deben transportar en la cajuela del auto, en un compartimiento diseñado especialmente para estos fines o en sitios al exterior del vehículo, debajo del chasis o en la parte posterior, en el caso de los modelos todoterreno.
Si estás en un apuro y se averió uno de tus neumáticos, deberás tomar el de refacción y reemplazar el original, siguiendo estos pasos:
Como lo vimos al principio de este artículo, las llantas de refacción son una obligación para todos los conductores que transitan en vehículos automotores por la vía pública, puesto que se menciona en los respectivos reglamentos de tránsito de cada estado mexicano.
Así, por ejemplo, en el caso de Ciudad de México, el incumplimiento de esta obligación se sanciona con una multa equivalente a 5 ($542.85), 7 ($759.99) o 10 ($1,085.7) veces la Unidad de Medida y Actualización Vigente (UMA), cuyo valor durante para vigencia del año 2024 es de $108.57 cada una.
Mientras tanto, en el Estado de México, carecer de la llanta de repuesto o tenerla en mal estado va en contra del Artículo 38 de su Reglamento de Tránsito, ya que este elemento no podría garantizar la sustitución de cualquiera de sus neumáticos, por lo cual corresponde una multa de 5 UMA, es decir, $542.85.
Asimismo, en otros estados, no portar la llanta de refacción también se considera una falta, por eso, asegúrate de conocer bien la normativa vigente en tu estado de residencia y preocúpate de tener tu repuesto en buenas condiciones siempre, pues podría salvarte de un gran dolor de cabeza a futuro.
Finalmente, en esta sección te dejamos algunos consejos prácticos que te ayudarán a hacer un buen uso de tu llanta de refacción y te permitirán estar siempre listo para enfrentar ciertas dificultades, como la ponchadura de uno de los neumáticos de tu auto.
1. Evita conducir a más de 80 Km/h: Las llantas de refacción están elaboradas con materiales menos durables y resistentes, y si usas una de “galleta” tu auto será más inestable, así que te sugerimos no sobrepasar ese límite de velocidad (aparece inscrito en el rin de la misma).
2. En condiciones de lluvia, disminuye la velocidad aún más, puesto que la menor adherencia de la llanta de repuesto podría traerte problemas en estas condiciones adversas y en superficies con poco roce.
3. Cambia la llanta de refacción inmediatamente después de utilizarla porque la mayor parte de ellas está fabricada para un solo uso.
4. Revisa constantemente la presión de la llanta sustituta, recuerda que algunas deben estar infladas a mayor presión. Para esto, te recomendamos que realices una inspección periódicamente, más o menos cada un mes, para cerciorarte de que todo anda bien con ese neumático.
5. Intenta poner la llanta de refacción siempre en el eje trasero del carro, sobre todo si usas llantas de menor tamaño que las originales, ya que así evitas sobrecargarla en el eje delantero. En estos casos, es más conveniente cambiar una de las llantas originales hacia adelante y dejar la de repuesto atrás, para disminuir su carga y dirección.
6. Averigua la presión correcta de aire para dicho componente, pues esto dependerá de si tienes un neumático original, uno de dimensiones similares o uno más pequeño (galleta).
7. Consulta el manual de propietario de tu vehículo y entérate de cuál es el uso óptimo para tus llantas de repuesto.
Ahora ya lo sabes, las llantas de refacción son tan importantes que no puedes salir de casa sin una de ellas, o te estarás arriesgando a sanciones y malos ratos, pues podrías quedar tirado en mitad de la ruta. Por eso, asegúrate de tener la tuya en tu cajuela, revisa que esté en buenas condiciones y, sobre todo, ¡aprende a reemplazar una llanta si vas a ponerte al volante!