Los avances en el desarrollo de las nuevas tecnologías nos sorprenden y deslumbran con sus increíbles logros, aunque el mundo de la iluminación de los automóviles vive su propia disyuntiva entre lo permitido y lo que queda al margen de la ley en México, como la instalación de las luces de alta intensidad.
Las luces xenón fueron introducidas al mercado por la marca Alemana BMW en 1991, por lo que ya se cumplen 20 años desde su aparición y hoy en día siguen siendo punto de discusión entre los automovilistas sobre sus reales beneficios a la conducción, pues se trata de un producto de alto costo y que, de no ser instalado correctamente, al igual que otras tecnologías de iluminación modernas, puede generar deslumbramientos a los otros conductores.
¿Pero qué son las luces de xenón? Bueno, pues te contamos que un faro de xenón consiste en una cámara de cuarzo o vidrio que, en su interior, contiene gas xenón junto con sodio o mercurio, además de un arco voltaico que hace que el gas se evapore y así se genere la luz.
En el mercado, a este tipo de faros también se les conoce como luces HID, sigla que viene del concepto high intensity discharge (descarga de alta intensidad).
Este tipo de faros gustan mucho porque tienen una potencia lumínica tres veces mayor a las luces halógenas, permitiendo un mayor alcance y una visión más nítida al conductor, además de su vida útil, que puede alcanzar las 2500 horas.
Hay algunos vehículos modernos o de alta gama que traen incorporada esta tecnología, sin embargo, se trata de un sistema más complejo y más costoso que el sistema electrónico de las luces halógenas, por ello no es común verlo en la oferta general del mercado de los autos nuevos o usados.
A partir de esto, hay quienes deciden instalar manualmente este tipo de faros en sus carros y ahí está la génesis del problema legal que acarrea esta práctica, pues nunca quedan igual que de fábrica.
Y es que se debe tener presente que las luces que trae un carro desde que ha sido ensamblado, más allá de que sean halógenas, xenón, led o de cualquier otra tecnología, son faros que están diseñados para un buen funcionamiento y cumplen todos los estándares de calidad.
En cambio, si la instalación se realiza posteriormente en un taller, no hay ninguna norma que garantice que quedarán en óptimas condiciones. Ese es el verdadero problema de este tipo de tecnologías.
El resultado de una mala instalación de faros de xenón es que el vehículo queda deslumbrando al resto de los conductores, ciclistas y peatones, ocasionando, en muchos casos, accidentes que pueden tener consecuencias fatales.
Por ello, el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, así como otras normas vigentes en toda la República Mexicana, establecen que está prohibida la instalación de luces deslumbrantes que no cumplan con las Normas Oficiales Mexicanas y pongan en riesgo la seguridad de conductores o peatones.
Así, si eres sorprendido circulando con un carro con este tipo de intervenciones, serán sancionados con multa equivalente a 10 a 20 veces la Unidad de Medida y Actualización vigente, lo que corresponde a entre $1.085,7 y $2.171,4 según los valores para el año 2024.
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