Quizás no lo sabes, pero podrías tener el mejor neumático del mercado, pero si no tiene la presión de aire adecuada, su vida útil tiene los días contados. Además, una mala presión de aire en tus llantas hará que el coche no exprese su mejor performance, gaste más combustible o pierda tracción, entre otras afectaciones.
Los efectos pueden ser muy diversos y van a depender de si están con mucho aire o poca presión; para eso será mejor diferenciar en la siguiente tabla:
MUCHA PRESIÓN DE AIRE | POCA PRESIÓN DE AIRE |
---|---|
Pérdida de tracción | Pérdida de estabilidad |
Mayor riesgo a reventar | Riesgo de ponchazo o rotura |
Desgaste prematuro de la banda central de rodamiento | Desgaste en todo el interior de la banda de rodamiento |
Peligro de perder el control | Peligro de perder el control |
Menor eficiencia en la frenada | Frenada inestable |
Menos consumo de combustible | Mayor consumo de combustible |
Más ligero de conducir | Más pesado de conducir |
Imposibilidad de conducir en caminos de arena, tierra suelta, nieve o barro | Imposibilidad de una conducción ágil en pista o carretera |
Riesgo de desmontar |
Vamos a comentar algunas cosas de la tabla que acabas de ver. Comencemos cuando hay mucha presión de aire en tus llantas. Se pierde tracción, porque al estar muy infladas hay menos superficie de contacto con el pavimento. A menor superficie, menos será la tracción.
Ojo, podrías perder el control en una curva o alguna maniobra brusca. Además, con menos tracción, menos eficiente es la frenada. El desgaste prematuro es precisamente porque todo el peso del coche se concentra en la poca superficie de contacto que tendrá la parte central de la llanta al estar muy inflada.
Aunque podrían verse como ventajas, el menor consumo de combustible y la ligereza al conducir puede ser un factor que invite a inflar más las llantas, pero ¿a qué precio?
Mejor no corras riesgos. Con mucho aire, aunque tengas un motor V8 de 1000 HP, no podrás andar por las dunas o el barro; sí o si debes desinflar antes de hacer rutas más off-road.
En este caso pierdes estabilidad porque el coche tiende a tener un andar más errático e irregular al estar con las ruedas con poco aire. Cuando ponchas una llanta, incluso el coche puede vibrar entero, haciendo el andar y las frenadas más inestables.
A la vez, como el neumático va flojo, se maltrata todo el interior de la llanta, aumentando el riesgo de ponchazo y de acortar la vida útil del neumático. Solo se recomienda bajas presiones de aire, como dijimos, para la arena o el barro.
Con las ruedas más desinfladas en asfalto, el coche tendrá un andar más pesado y con un mayor gasto de combustible. Al sentirse más pesado en el largo plazo estarías afectando el motor.
Si tienes una llanta muy desinflada no puedes dar curvas muy cerradas o fuertes, si no desmontarás y quedarás sin neumático.
Primero, te decimos que la presión de aire de las llantas se debe revisar al menos un par de veces al mes y sobre todo antes de hacer un viaje de carretera, donde se anda a mayor velocidad.
Siempre revisa las llantas en frío, dado que en caliente el aire está expandido y el calibrador podría entregar algunas libras de más en su medición de la presión de aire de las llantas.
Intenta tener las llantas recomendadas por el fabricante y si vas a hacer alguna modificación en los tamaños, asesórate con especialistas primero.
La presión adecuada de aire para el coche la encontrarás en el manual del fabricante o en una calcomanía en el marco de la puerta del piloto.
Ahí te dirá cuántas libras usar según la carga que llevas, por ejemplo; debes ser consciente de tener las llantas con su presión correctas, porque en el peor de los casos podrías sufrir un accidente fatal.
Si por alguna razón no diste con la información, no tienes el manual o no está la calcomanía en el carro, a modo de sugerencia y para salir del problema te recomendamos lo siguiente:
Otra forma de calibración de tus llantas es el alineado y balanceo de llantas, dos procesos clave en el mantenimiento de un vehículo que aseguran un manejo suave y seguro, así como la prolongación de la vida útil de los neumáticos. ¿De qué se trata cada uno de estos procesos?
Este proceso ajusta los ángulos de las ruedas del vehículo para que estén paralelas entre sí y perpendiculares al suelo. Los tres ángulos principales que se ajustan durante la alineación son:
Una alineación adecuada ayuda a que el vehículo se mantenga en línea recta y evita el desgaste irregular de los neumáticos.
El balanceo se refiere a la distribución uniforme del peso de una llanta y su neumático alrededor del eje de rotación. Cuando una llanta no está balanceada, puede causar vibraciones incómodas en el volante o en el piso del vehículo, especialmente a altas velocidades.
Durante el proceso de balanceo, el técnico utiliza una máquina especial para determinar dónde se encuentra el desequilibrio y agrega pequeños contrapesos en la llanta para corregirlo. Esto asegura un rodaje suave y evita el desgaste prematuro de los neumáticos.
Ambos procesos son esenciales para mantener la seguridad y la eficiencia del vehículo, así como para garantizar la comodidad del conductor y los pasajeros. Se recomienda realizar la alineación y el balanceo de las llantas periódicamente, especialmente después de golpes severos en las ruedas, cambios en la suspensión del vehículo o la instalación de nuevos neumáticos.